¿Verdad que ni te lo habías planteado? Pues así es y las cosas que haces o las decisiones que tomas son el espejo donde se miran un gran número de personas. A veces creemos que sólo pueden dejar un legado aquellas personalidades destacadas por su profesión, o por haber hecho alguna hazaña fuera de lo común. Y nos equivocamos: todos tenemos la posibilidad de trascender, de convertirnos en un referente. No hace falta salvar la vida de alguien en un incendio, ni descubrir una vacuna. Si es así, bravo por nosotros, pero eso no es lo más habitual. Pero tampoco es necesario. Muchas veces olvidamos que hemos sido capaces de superar una adversidad, una enfermedad grave, una fractura familiar… acontecimientos que nos han hecho crecer como seres humanos y que podemos compartir con los demás para que se sientan motivados a superarse, a creer que pueden luchar contra los obstáculos que la vida a veces les pone delante.
Por ello lo primero que puedes plantearte es qué imagen quieres que los demás se lleven de ti, cómo puedes mejorarla, qué metas quieres alcanzar y superar. Analiza aquellos rasgos de tu personalidad que crees que puedes mejorar, o con los que no te sientes cómoda y trata de cambiarlos. Pero, eso sí, se auténtica, tanto en tus juicios y evaluaciones como en tus proyecciones de futuro. Si eres coherente, el legado que puedes dejar a los tuyos, tu huella en este mundo, será brillante y ellos podrán aprovechar cada una de tus enseñanzas.
El éxito no se mide en dinero o posesiones, sino en ser de verdad y tratar de dejar una estela de felicidad a tu alrededor. Si cumples estas premisas, ten por seguro que la impronta de tu paso por esta vida será un ejemplo para todos los que te rodean.
